armas y municiones para la defensa.


En este articulo encontraras informacion detallada y veraz, acerca del tipo de municion y armas mas adecuadas para usar en defensa y seguridad propia. datos tecnicos que debemos tomar en cuenta a la hora de decidir que tipo de arma y municion es coneveniente usar y en que circunstancias.extraido del sitio http://nitro-armasdefuego.blogspot.com/
Calibre

¿Qué es exactamente? El calibre es una medida de diámetro. Podría ser el diámetro mayor posible de la bala o proyectil. Podría ser el diámetro entre los campos o estrías del cañón más alejados entre sí. Pero más comúnmente la expresión será la mera designación que se les da a los diferentes cartuchos, lo que a nivel usuario será lo más conveniente, dado que, como veremos, un determinado cartucho puede no corresponder a ninguna medida en particular.


Calibre europeo vs americano

La designación del calibre europeo usa el sistema métrico decimal, sistema de medida basado en el número 10, a diferencia del sistema inglés que usa toda clase de unidades aritméticas cambiantes. Por ejemplo, en este último sistema, un pie equivale a 12 pulgadas, una yarda a 3 pies, y una milla a 5.280 pies. En el sistema métrico, un metro son 100 centímetros y un Kilómetro 1000 metros. Moverse de medidas largas a cortas en este sistema puede conseguirse meramente dividiendo o multiplicando por múltiplos de 10.

En el sistema métrico una unidad pequeña de medida es el milímetro, que es la décima parte de un centímetro y la milésima de un metro. Cualquiera puede deducir fácilmente que un objeto de 9 mm. equivale a 9 décimas de centímetro.
El método americano de medir el calibre descansa en el sistema inglés de medida, con matices. El que esté familiarizado con maquinaria pequeña sabe que medir elementos pequeños con fracciones de pulgada es poco conveniente. Es más frecuente utilizar centésimas o milésimas de pulgada en lugar que fracciones de esta. Medir los elementos pequeños en el formato decimal permite fácilmente añadir, multiplicar y operar con calculadoras. El sistema americano tiende a medir sus balas en milésimas de pulgada, lo que confunde a los nuevos usuarios. Los que usan este sistema dividen la pulgada en 8, 16, 32 y 64 partes en lugar de 100 o 1000.


Nominal vs. real

Como podréis adivinar, nominal hace referencia a que un determinado calibre puede serlo sólo nominal, pero no corresponderse plenamente con la realidad. Un ejemplo de denominación precisa de calibre es el cartucho .357 magnum, que tiene realmente un diámetro de 357 milésimas de pulgada. Pero comparadlo a un casquillo del .44 Magnum, que contiene una bala de 429 milésimas de pulgada. El 7.92mm Mauser es a menudo denominado 8 mm. Mauser porque por sólo 0.8 milímetros algunos fabricantes de munición deciden "redondear" a una denominación nominal.

La confusión sobre el término Magnum.

Magnum equivale a largo. Más apropiadamente, cualquier cosa puede denominarse Magnum cuando hay una versión más pequeña de esa cosa. Hasta el típico polo almendrado, tiene su versión "Magnum", y en varios sabores. Igualmente, en el mundo de la cartuchería, el término Magnum hace referencia a un cartucho más potente que el cartucho de referencia. El .44 Magnum es más potente que el .44 Special. Los dos cartuchos son completamente comparables excepto en que la versión Magnum es más potente. En cuanto a su longitud, no tendría porqué ser más largo uno que otro, pero si lo es no es sino para prevenir que insertemos un cartucho Magnum en un arma construida para disparar el .44 Special. Su mayor longitud, por lo tanto, no es sino en orden a razones de seguridad. Traer aquí el concepto Magnum es para mostrar que no tiene nada que ver con el tamaño de la bala: es sólo la designación de un cartucho completo. En realidad a lo que hace referencia es a la mayor potencia no al tamaño de la vaina, aunque siempre veamos que el de los cartuchos "Magnum" es más largo que los cartuchos ordinarios.


Nomenclatura europea

Los cartuchos europeos se designan por su calibre y por la longitud total de su cartucho. Así, por ejemplo, el 9mm. Parabellum tiene la designación europea de 9x19mm. Este cartucho fue diseñado por DWM o Deutsche Waffen-und Munitionfabriken. El primer número hace referencia al calibre del cartucho y el segundo a la longitud de la vaina. Otro ejemplo sería el conocidísimo 7.62x51 mm. NATO, cuyo calibre es, exactamente 7.62 mm. y la longitud de la vaina 51mm.
Ya sabemos que decir que un cartucho tiene un proyectil de 9 mm. puede ser engañoso. ¿Son exactamente 9 mm.? También sabemos que el calibre, en algunos casos puede venir determinado por la distancia entre los campos o estrías más alejados entre sí dentro del cañón. También sabemos que en la práctica las balas de un determinado calibre varían algo en su tamaño. ¿Qué impide a nadie fabricar un cartucho que tenga un proyectil de exactamente 9.01mm. de diámetro, encastrándolo en una vaina de 19 mm. y denominar al cartucho como de 9x19mm?.
En el sistema europeo encontramos cartuchos muy similares, cargados a presiones distintas, pudiendo estos variar sensiblemente en su longitud total. Así pues, no podemos intentar alimentar un cartucho del 9 mm.L en una recámara diseñada para alojar cartuchos del 9 mm.P (9x19 mm.), por ejemplo.



Nomenclatura americana

Lo primero que se hace obvio para cualquiera sobre la nomenclatura americana es que no hay ningún sistema. A la mayor parte de los cartuchos construidos en el siglo XX simplemente se les ha puesto un nombre. Estos toman una variedad de cargas que no vienen referidas en la denominación porque el SAAMI (Sporting Arms And Ammunition Manufacturer Institute) asegura a los usuarios que cualquier arma diseñada para disparar, por ejemplo, el .38 Special, puede disparar todas las cargas posibles del .38 Special.
El sistema de nomenclatura americana descansa básicamente en la simple memorización de los nombres, que raramente hacen referencia a las dimensiones del cartucho.


Proyectiles

1. Peso

El peso del proyectil será determinante a la hora de transferir una cantidad de energía mayor o menor en donde impacte.

2. Forma

Wadcutters

Este tipo de proyectiles están construidos en forma cilíndrica, similar a la boquilla de un cigarrillo. Suelen estar típicamente enrasadas con la boca de la vaina y se utilizan habitualmente para el tiro deportivo, ya que los orificios que producen en los blancos de papel son muy nítidos.

Ojivales

Casi todo el mundo cuando se habla de proyectiles, visualiza este tipo de punta, típica desde antaño. Frente a las wadcutter, tiene unas mejores prestaciones aerodinámicas. Los proyectiles ojivales favorecen su alimentación en las recámaras de las armas semi-automáticas, como las pistolas.

Semi-wadcutters

Son como las wadcutters en su punta, aunque su tronco se asemeja a las ojivales, siendo por lo tanto más largas y sobresaliendo unos milímetros de la boca de la vaina. Usadas en armas semiautomáticas, hay quien se queja de problemas de alimentación en la recámara.


3. Tipos de punta

Hay básicamente dos tipos de punta, sólida y hueca. Una bala de punta hueca tiene una cavidad que se adentra en el hocico de la misma. Este diseño pretende ayudar a la expansión del proyectil al impactar en el objetivo, siempre que éste tenga una mínima solidez; sobre papel o cartón no se expandirá. La finalidad básica de la expansión: conseguir un poder de parada mayor.


4. Camisas

En primer lugar citaré los proyectiles que carecen de camisa, como son las ojivales de plomo ("round nose lead" o RNL), utilizadas frecuentemente por los revólveres. Los especialistas las catalogan como de lo "peorcito" para la defensa, recomendando su uso exclusivo para la práctica, y siempre teniendo presente limpiar los residuos que quedan en el cañón.

Las municiones que utilizan camisas las adhieren a los proyectiles para controlar la expansión de las mismas, o para facilitar su alimentación. Habitualmente están hechas de cobre, aunque mucha gente cree que toda la munición con camisa es blindada. No es así. Las camisas están hechas de metales blandos que posiblemente no pudiesen penetrar metales duros como el acero o materiales como el Kevlar.
Una camisa puede recubrir completamente al proyectil, o hacerlo sólo parcialmente hasta la mitad. En las cajas de munición (que suelen venir en inglés) podréis leer en el primer caso, "full metal jacket" (FMJ), "metal case" (MC) o "total metal jacketed" (TMJ- sólo en CCI-), y "semi-jacketed" (SJ) en el segundo.

La munición militar es siempre FMJ para reducir la expansión del proyectil, de acuerdo con las reglas de la Guerra y la Convención de Ginebra, teniendo como finalidades: dificultar las interrupciones al alimentar, máxima penetración/mínima herida. Este tipo de munición no es una buena opción para la defensa, por lo que debería utilizarse únicamente para la practica. Tampoco se consideran buenas las municiones encamisadas de punta blanda -"jacketed soft point" (JSP), si bien ahora mismo, al menos en España, creo que es la opción legal "menos mala".
Comentaremos este tema, ya que por suerte o por desgracia, muchos Cuerpos policiales siguen utilizando los proyectiles de FMJ para el servicio policial. Y es que el desconocimiento y el vigente Reglamento de Armas nos tiene con las manos atadas.


5. Blindaje perforante

En este caso, el interior del proyectil está compuesto de acero endurecido o bronce. El plomo que se encuentra en el interior de una camisa blanda, como las mencionadas anteriormente, simplemente se aplastarán contra un objetivo de metal. Sin embargo, las auténticas balas blindadas lo atravesarían y continuarían su vuelo hasta perder inercia. Es el único tipo de munición que produciría chispas al impactar contra un metal, ya que el plomo y el cobre son demasiado blandos para causar suficiente fricción. Son raras de ver.


Municiones de defensa más frecuentes

En esta breve exposición nos limitaremos a citar las municiones más conocidas entre nosotros, si bien, claro está, podemos encontrar muchas más. Aprovecharé aquí el trabajo de Massad Ayoob (Lethal Force Institute), Evan Marshall y Ed Sanow, veteranos policías que han estudiado ampliamente el tema de las armas, municiones y su poder de parada, y que son considerados las máximas "autoridades" del mundo en la materia. Sus puntos de vista y conclusiones provienen de la revisión exhaustiva de miles de tiroteos, autopsias y pruebas balísticas.

Hay que señalar que el primer factor determinante a la hora de considerar el poder de parada de cualquier tipo de munición es el PUNTO DE IMPACTO (no es lo mismo impactar en un punto de los "michelines", que en cualquiera de la zona conocida como "centro de masa"). Una persona fría, que no se deje llevar por el pánico, puede perfectamente abatir con una pistola del 9 mm. corto a otra temblorosa que dispare con un .357 Magnum o con una pistola "customizada" del .45 ACP de 1.800 euros. Sea cual sea el arma y el calibre que elijamos o tengamos, debemos practicar disparando cientos, miles de tiros en condiciones lo más realistas posible, hasta que podamos conseguir con confianza impactos certeros en nuestros blancos. Los combates los ganan las tácticas y las habilidades en el tiro, no el tener la mejor munición en nuestra arma (evidentemente si además la tenemos, pues mejor).
En cuanto a marcas, sólo podemos hablar lindezas de la munición tronco-cónica o semi-wadcutter fabricada por la empresa nacional Santa Bárbara, la cual no suele ocasionar problema alguno en gran cantidad de pistolas. Muy pocas me parecerían una buena opción para la defensa (lo cual no quiere decir que no la haya.
Entre las municiones más recomendables están las que provienen de los "Cinco Grandes" americanos: Federal, Cor-Bon, Remington, Winchester y CCI, evidentemente difícil de conseguir y... bastante cara (aunque nada es caro cuando se trata de proteger la vida). Antes de pasar a ver los pormenores de las municiones, debo recomendar encarecidamente, al igual que lo hacen los expertos, que no se considere la munición recargada como una opción seria de defensa, aunque supuestamente lleve una carga capaz de tumbar a un elefante. Podemos errar el disparo, estropear nuestra arma y como más de alguno lo sabrá por propia experiencia, percutir el pistón sin que se produzca el disparo. En una situación de necesidad, cualquiera de estos problemas sería gravísimo. No quiere decir que esto no pueda ocurrir con la munición original, pero por las peculiaridades de su fabricación es más improbable. Lo que sí puede suceder es que determinada munición no opere bien en nuestra arma. Para desechar la que nos ocasiona problemas y elegir nuestra munición, deberíamos disparar, de 200 a 300 cartuchos de cada clase con la que pretendemos alimentar habitualmente nuestra arma, ver qué pasa y decidir .
Pero veamos los calibres de defensa más comunes, sin perjuicio de lo ya dicho respecto al punto de impacto:


380 ACP (o 9mm. Corto, 9x17mm, o 9mm. Kurtz)



Por debajo de este calibre, y sin perjuicio de lo señalado anteriormente en cuanto al punto de impacto, no puede considerarse seriamente como opción defensiva. Incluso el 9mm Corto tiene un pobre poder de parada, que sólo puede compensarse utilizando la adecuada munición encamisada de punta hueca.


.38 Special



Esta munición se carga a dos niveles de presión: standard y +P. Los cartuchos de la primera clase pueden usarse en cualquier revólver del .38 Sp, pero los +P deberían utilizarse sólo en aquellos con armazón de acero. Disparar unos pocos +Ps (sobre 50) en un revólver con armazón de aluminio no lo romperá, pero puede dañarlo si disparamos el doble. Esto no impide (y yo no lo dudaría) llevar cargado el revólver para la defensa con los cartuchos +P, pero deberíais utilizar para las prácticas los de presión standard. Tened en cuenta además que la mayor potencia del cartucho con la menor absorción del retroceso por la ligereza del arma van a repercutir a la hora de realinear rápido los elementos de puntería.
Visto arriba el comentario sobre las balas de plomo, una opción es cargar una munición legal de confianza encamisada, tipo-semi-wadcutter.


9mm. Parabellum (o 9mm. Luger, 9x19mm., 9 mm.NATO)



Este es incuestionablemente el cartucho más popular del mundo, razón por la que ha sido sometido a infinidad de pruebas. Según Ayoob, Marshall y Sanow, el que quiera apoyarse en un 9 mm. (y como no en calibres inferiores) para su defensa, debe optar sin ninguna duda por utilizar cartuchos encamisados de punta hueca (JHP), usando las balas encamisadas ojivales (aquí conocidas erróneamente como blindadas) sólo para la práctica.


.357 Magnum



Con un poder de parada muy superior, en principio, a cualquier cartucho del .38 Sp, deben hacerse las mismas puntualizaciones referentes al tipo de proyectil utilizado.


.40 Smith&Wesson



Este calibre está realmente imponiéndose a los 9 mm. por sus excelentes prestaciones y resultados en las calles. Su poder de parada es incuestionable, especialmente con la punta adecuada.


.44 Magnum



El estampido y la "coz" que propina al que sujeta un arma de este calibre lo hacen poco aconsejable para su uso defensivo, a pesar de lo que pueda verse en las películas de "Harry el Sucio".


.45 ACP



Este calibre es un reconocido "parador de hombres", existiendo muy buenas opciones en armas que lo disparan con precisión, manteniendo un tamaño reducido.



Conclusiones

De entre los calibres mencionados, y aun estando hoy día prohibida por nuestro vigente Reglamento de Armas, la munición de punta hueca ("jacketed hollowpoint" o JHP) aparece como la mejor opción seria de defensa, al transferir toda su energía cinética como poder de parada máximo.
El poder de parada de la munición de punta hueca es muy superior al de los proyectiles "blindados" o de plomo, y precisamente poder de parada es lo que podemos necesitar si somos atacados o nos vemos obligados a neutralizar a alguien. "Poder de parada" hace referencia a la capacidad de un proyectil en particular para incapacitar a un agresor -cuanta más capacidad, menos posibilidades de que este agresor pueda seguir disparando o llegue a hacerlo, alcanzándonos a nosotros o a otros inocentes-. Las armas cortas no son como las armas de rayos mortales que salen en las películas de marcianos; de hecho, la gran mayoría de personas alcanzadas por armas de fuego (el 80%, según estadísticas NIJ -National Institute of Justice-) sobreviven. Las pistolas y revólveres son muy débiles comparados con los fusiles o las escopetas, y deberíamos conseguir cualquier ventaja de que podamos disponer.
La munición de punta hueca NO ES MÁS MORTAL que la munición blindada a pesar de lo que igualmente se vea y oiga habitualmente. Los proyectiles de punta hueca se suelen expandir y detenerse dentro del cuerpo, y por lo tanto, el agresor absorbe mucha más energía cinética de la bala que si ésta simplemente lo atravesara y le dejara dos pequeños orificios. Esta munición es también, por lo tanto, menos peligrosa para los inocentes transeúntes, ya que si el proyectil atraviesa el cuerpo y continua con inercia suficiente (y a corta distancia es perfectamente posible), puede herir gravemente a más personas.

En definitiva, los proyectiles de punta hueca (JHP):

* Incrementan nuestra seguridad porque tienen más probabilidades de incapacitar al agresor después de uno o dos disparos, evitando que siga disparando o llegue a hacerlo.

* El agresor tiene más probabilidades de sobrevivir, ya que mayormente las muertes se producen por pérdida de sangre y cuantas más veces precisemos alcanzarle para incapacitarle, más orificios le produciremos y por lo tanto, mayores probabilidades de desangramiento (el libro de Charles Remsberg "Street Survival", incluye una foto de un hombre que influido por cocaína, tras atracar una licorería y enfrentarse a la Policía, dejó de disparar tras recibir 33 impactos de 9 mm. FMJ, y no antes). Evidentemente va a ser más difícil de explicar por qué se ha tenido que disparar 7, 10 o 15 veces a un hombre, que hacerlo una o dos.

*La seguridad para los inocentes es mayor por cuanto es más difícil que las balas que alcancen al agresor salgan de él y continúen con inercia suficiente para causar daño. Igualmente se reducen infinitamente los riesgos de rebotes en relación a la munición "blindada", ya que el proyectil se deforma con mayor facilidad; al igual que los riesgos de que atraviesen puertas o paredes alcanzando a quien no tiene que ver nada con la guerra. Más aún, si se consigue incapacitar al agresor rápidamente, menos proyectiles volarán por el entorno, de unos y otros, reduciendo los riesgos ya citados.
Creo que alguien, supongo que del Ministerio del Interior, debería preocuparse de que una comisión de expertos haga las pruebas pertinentes, asesore y aconseje a quien corresponda para mejorar este aspecto y si se llega a esta misma conclusión, que se modifique el Reglamento de Armas. Sea así o no, en cualquier caso se llegará a la poca conveniencia de seguir utilizando los proyectiles FMJ tan habituales en nuestro entorno.

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